miércoles, 22 de febrero de 2012

EL VALOR DEL TINO PARA NUESTRA UNIVERSIDAD

EL VALOR DEL TINO PARA NUESTRA UNIVERSIDAD:

ALEGORIA

POR: NÉSTOR ALONSO  SÁNCHEZ CARDOZO*



En la historia de la cultura universal, el siglo XIX nos entregó  por obra de un alemán, Wolfgang  Goethe, a un personaje  de referencia obligada para siempre.  Se trata de Fausto, el Fausto de Goethe.



Fausto, es un hombre que lo sabe todo acerca de la ciencia, las artes y la filosofía; incluso del amor y como ya lo dijimos, de todo: del mundo, del universo; es más, del más allá tiene algunas intuiciones las cuales le permiten establecer una nueva búsqueda,   digámoslo en nuestros términos,  una rogativa.



Él, mediante una frase al modo de si pudiera negociaba alguna experiencia novedosa con el mismo demonio y dado un artificio, pudo encerrar al diablo y obligarle a negociar.



Fue así como la literatura nos dio, a partir de este juego de metáforas hermosamente construidas, una gran obra para el deleite de la humanidad postrera.



Nosotros, y por la vía de otra de las expresiones de la cultura, el fútbol, un día o una noche, nos encontramos a este personaje que de algún modo nos trae con su nombre la estirpe del hombre universal.  Faustino, “el Tino” Asprilla.



No sabemos, tal cual nos ocurre con los grandes, cuando lo identificamos como nuestro ídolo: el 10 de Noviembre del 69, fecha cuando nació en Tuluá Valle del Cauca – Colombia.  El tiempo en que jugó en la escuela Guillermo E. Martínez del Barrio Popular, en Arroz Andes, en Estudiantes y en Selección Tuluá cuando niño. 



En la época que jugó en el Carlos Sarmiento Lora, en el Cúcuta Deportivo, en Atlético Nacional o en Cortuluá, aquí en Colombia también.



En las ocasiones que los noticieros nos mostraron, como quien luce a pocos, las perlas del patrimonio propio, obtenidas  por uno de nuestros guerreros, los 43 goles en el Parma, 18 en el Newcastle, 8 en el Fluminense, 17 en el Palmeiras, 4 en Atlante, 5  en Universidad de Chile.  O cuando se nos presentó  como quien enseña a sus gentes  cómo  se hace un trabajo  cuando se disponen la inteligencia, el juego y la técnica en el ejercicio del gesto y la ejecución  de la habilidad  con 3 goles en el Nacional y 25 en la Selección Colombia.



No sabemos desde cuando lo vimos, lo miramos o lo admiramos a este tulueño, luminaria  del fútbol nuestro, delantero de 1.78 metros de estatura y 74 Kg de peso que multiplicó  sus mensurabilidades  con cada uno de estos, por lo menos 125 goles, que nos dieron la felicidad: Sensación de libertad con cada voltereta  que él daba  para que celebráramos a coro.



Además, nos ha mostrado el mundo, tal cual lo hizo el personaje  de la gran literatura mentado.



A Colombia primero, y con ello a Tuluá  y al amor por nuestra vitalidad.



Luego a Italia, Inglaterra, Brasil, México, Chile, Ecuador, Argentina, Francia, España, Estados Unidos.  En fin, en Suramérica,  Europa y Norteamérica y, como si fuera poco, amén de tanta felicidad, nos mostraba  cómo apropiaba los idiomas  y tejía para sí y para nosotros el manto de las alegrías y a veces  de los dolores que nos trae el deporte.



Si, como el gran Fausto de Goethe, Colombia, Tuluá, nosotros, tenemos una gran obra hecha por Faustino Hernán Asprilla Hinestroza, el Tino Asprilla.  A él, como corresponde a la Universidad, la institución dada a los conocimientos, a la Educación  y  la Cultura de las sociedades, nosotros, desde la UCEVA,  en el departamento de Educación Física, queremos mostrarle su lugar  en nuestra vida, en nuestra cultura y en nuestro corazón.





                                                                        ¡MUCHAS GRACIAS!



* Profesor de la Licenciatura  en Educación Básica, énfasis en Educación Física, Recreación y Deportes de la UCEVA

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